martes, 24 de enero de 2012

Una luz en las tinieblas



2°Corintios 4:6="Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones [para que podamos iluminar a otros] para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo [dando a conocer la gloria de Dios que brilla en el rostro de Jesús]".

El primer mandato divino de inicio al proceso de transformar un caos. Así, Cristo ilumina y transforma nuestra vida que sin Dios estaba sumida en un caos. En Génesis 1:2 dice que:

"La tierra estaba desordenada y vacía [era un caos total], y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo"

Así, desordenada y vacía es nuestra vida sin Dios. Cristo resplandece en nuestros corazones para que a su vez nosotros podamos acercar esa gloria a otras vidas aún tinieblas, en caos, desordenadas y vacías; aquellos que no conocen a Dios.

Salmos 119:105="Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino."

El salmista compara la Palabra de Dios a una lámpara que alumbra nuestro camino, dirige cada uno de nuestros pasos ("a mis pies"), y brinda sabiduría a nuestros planes futuros ("a mi camino"). Busquemos la eterna y perfecta iluminación de la Palabra de Dios y no de la perecedera sabiduría humana, la cual en Santiago 3:15 dice:

"porque esta sabiduría [la humana] no es la que desciende de lo alto [no viene de Dios], sino terrenal [de este mundo], animal [dominada por los sentidos y no por el Espíritu], diabólica [el diablo mismo]."
Dios nos da la luz para iluminar nuestro camino: "su Palabra", es decir la Biblia; y nos dirige quien es "la Luz del Mundo", nuestro Señor Jesucristo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario